Si bien la planificación patrimonial tiene ciertas herramientas y enfoques generales, es muy importante adaptar el proceso a la realidad familiar de las personas involucradas. Una de estas realidades las encontramos en las familias mixtas, que en palabras sencillas son aquellas familias en las que al menos uno de los padres ha estado casado anteriormente y que incluso puede tener uno o más hijos de dicha relación anterior. Otro término usado para describir a estas familias es el de “familias ensambladas”.
La importancia de la comunicación
Más allá de todas las consideraciones legales y contables, una de las claves de la planificación patrimonial en general, pero aún más para familias mixtas, es la comunicación. Una familia que se dedica al silencio y que no fomenta la comunicación entre sus miembros tiene altas probabilidades de fracaso frente a la protección del patrimonio y el adecuado traspaso a futuras generaciones. Un grupo familiar que tiene amplia comunicación entre las personas que lo componen tiene ya gran parte del trabajo hecho; por otro lado, en un grupo en el que hay una falta de intercambio probablemente será necesario involucrar a un tercero que ayude a sus miembros a cambiar la cultura familiar. Así como hablar como familia es vital, el intercambio con los distintos asesores familiares también lo es. Usualmente, al conversar con abogados, por ejemplo, será necesario revelar información, lo que puede ser incómodo. Es difícil hablar de relaciones anteriores, divorcios, enfermedades, peleas, etc., pero es importantísimo hacerlo para que el profesional tenga el escenario completo y pueda de esa manera ofrecer la mejor solución. Vale la pena recordar que los abogados, manteniendo el ejemplo, están obligados a respetar la confidencialidad de lo que sus clientes les compartan.
Relaciones anteriores
Como detallamos al inicio, una característica de la familia mixta es que uno o ambos de los padres han tenido relaciones formales en el pasado. No hablamos únicamente de matrimonio, ya que puede haberse tratado de una pareja que convivía bajo el mismo techo sin necesariamente haberse casado. Esto es relevante porque, si bien la pareja se separó en algún momento, de esa relación pudieron surgir ciertos efectos legales que un abogado tendría que evaluar. De la misma forma, para una pareja que sí llegó a casarse formalmente, pero se separó, se debe asegurar que el divorcio se llevó a cabo conforme el procedimiento legal aplicable. Puede incluso darse la situación de que la pareja nunca se divorció, y tal vez sea el momento de considerar el cierre de ese capítulo. En estos escenarios pueden entrar otras realidades, como puede ser la de una pareja que se casó bajo las leyes de un país determinado, la relación terminó en un país distinto, y las personas ahora viven en países diferentes a los anteriores.
Los hijos
En adición a la relación de pareja en sí, podemos encontrarnos con hijos, sean de una relación actual o de la relación o relaciones anteriores. Estos hijos pueden ser menores o mayores de edad y pueden o no estar viviendo con uno o ambos de los padres. Además, puede ser que la relación con uno o ambos de sus padres, o con uno o varios de sus hermanos, esté deteriorada. Pueden incluso estar viviendo en otro país, lo que puede implicar temas fiscales a revisar. Sin importar la realidad, todo esto debe tenerse en cuenta para la planificación patrimonial.
¿Por dónde comenzar?
Definitivamente la planificación patrimonial no es un proceso fácil, y para una familia mixta puede ser aún más difícil. Esto no lo hace imposible ni es excusa para postergarlo. En SUCRE ARIAS REYES tenemos un equipo de especialistas a tus órdenes para evaluar tu realidad familiar y así ofrecerte las soluciones que mejor se adaptan a ella.


